Bastante complejo es hoy en día el equilibrio que permite mantener más o menos a salvo la economía familiar como para complicarlo por falta de previsión. El aseguramiento de determinadas cuestiones es una parte básica de las garantías que como usuario se pueden poseer para reducir las posibilidades de bancarrota. Éstas son algunas cosas que se deben asegurar para evitar esa posibilidad de bancarrota.
Es una realidad que, aunque van creciendo en los últimos años, el número de seguros en nuestro país sigue siendo bajo respecto a otros países, sobre todo en lo que a seguros no obligatorios se refiere claro está.
Esa sensación de que no necesitamos asegurarnos para determinadas cosas está en el origen de esta realidad que, como vemos está cambiando y cambiará mucho más en los próximos años. Como decíamos ayer una serie de cosas que siempre debiéramos plantearnos tener aseguradas para evitar los posibles contratiempos y, la bancarrota de la economía doméstica.
La salud
Puede parecer que en un país como el nuestro los seguros de salud son menos necesarios que en países como Estados Unidos donde la causa número uno de quiebras de las economías domésticas son las facturas médicas sin pagar; no hace mucho se publicaba un informe de la Universidad de Harvard que asociaba los gastos médicos como los culpables en primera instancia de al menos el 62% de todas las bancarrotas personales en el país.
En nuestro país, con un sistema de seguridad social envidiado por muchos, aun así el aseguramiento de la salud proporciona una agilidad y acceso a determinadas cuestiones (como la segunda opinión) así como a coberturas no incluidas en la seguridad social que, sin llegar a los extremos norteamericanos, también aportan su grano de arena nuestra protección contra la posible bancarrota por falta de aseguramiento.
La vida
Esta es otra cuestión delicada. Debiera parecer una obviedad que cuando tenemos personas dependiendo de nosotros, o, deudas que pueden repercutir en allegados, el seguro de vida es casi obligatorio. Sin embargo, este es uno de los seguros que más nos cuesta suscribir y sobre el que más revolotea esa sensación de a mí no me puede ocurrir tan poco acertada en el caso de los seguros.
Debiéramos afirmar prácticamente que todos necesitamos algún tipo de seguro de vida, que, en todo caso, van evolucionando a medida que vamos cumpliendo años.
La incapacidad
Este es un seguro que aunque muy asociado a la actividad laboral de los autónomos, ha ido cobrando relevancia notable en los últimos años. Realmente sería un modelo de transición teórico sobre un seguro de vida, es decir, en este caso el usuario asume que puede llegar a presentarse un momento en el que su condición de incapacidad para hacer frente a su vida laboral y por tanto aportar ingresos, obligaría a su familia a buscar otras soluciones o fuentes de ingreso.
Visto desde esta perspectiva, también resulta una idea potente para unir a un seguro de vida, cubriendo de este modo dos variables muy complejas y que pueden resultar devastadoras para la economía doméstica.
Por supuesto, no incluimos en este caso aquellos seguros que parecen de factura obligatoria o lo son directamente como por ejemplo el seguro de hogar, o, el seguro de vehículos, y no lo hacemos porque en estos casos efectivamente ya se ha logrado asumir, aunque sea a través de la obligatoriedad, la importancia que poseen.