A la hora de contratar un seguro de vida existen aspectos que son realmente importantes y que requieren de reflexión previa.
Puede parecer excesivo ya que, sobre el papel, los seguros de vida son un producto muy básico: nos proporciona una cobertura de indemnización en caso de fallecimiento o invalidez del asegurado. Sin embargo, hay matices importantes a tener en cuenta. Veamos los principales.
A qué edad te aseguras
La elección de seguros viene marcada por la edad generalmente. A medida que avanza nuestra edad la sensación de necesidad de protección tanto nuestra como de nuestra familia es importante. Sin embargo, esto no siempre se cumple de manera exacta.
La franja de edad más habitual era que se contratan estos seguros de vida sobre situarse entre los 30 años y los 50 años. Sin embargo, se trata de seguros que ofrece una cobertura económica de protección en caso de una fatalidad. Es decir, para una persona de menos de 30 años que te haya formado una familia que pueda tener necesidad de protección, la situación es exactamente igual que para una persona de mayor edad.
Por otro lado, la edad influye también no sólo en el coste de la propia póliza, sino la posibilidad de acceder a ella. Va a resultar difícil contratar un seguro de vida antes de los 18 años y después de los 65 años. Por último, la edad influye también probablemente en el patrimonio que vas a proteger. La necesidad de dinero en una indemnización puede no ser la misma a los 30 años que a los 50 años, bien por el ahorro que se haya conseguido gestionar, o porque las necesidades de la familia vayan evolucionando, y probablemente disminuyendo a medida que los hijos crecen y se independizan.
Si necesitas ahorrar en seguros descubre estas ideas para abaratar tu gasto en seguros.
Seguro de Vida Riesgo
Se trata de seguro de vida tradicional. En el se ofrece al beneficiario una cobertura económica en caso de fallecimiento, incluyendo otros supuestos como la invalidez permanente. El beneficiario del seguro recibe un capital fijado de antemano cuando la póliza se activa al concurrir alguno de los supuestos reflejados en contrato de seguro.
Podemos encontrar dos variables. La primera el seguro de vida común que ofrece el pago de indemnización de manera inmediata tras el fallecimiento del asegurado, y que viene a cubrir un periodo de tiempo generalmente de un año. La otra opción es un seguro de vida temporal que cubre el riesgo de fallecimiento sólo durante un periodo determinado de tiempo estipulado la póliza, transcurrido el cual deja de tener efecto la protección.
Cuál es la cantidad asegurada
La cantidad incluida en la cobertura, es decir la indemnización, debe ser un elemento clave a la hora de valorar la elección de un seguro de vida.
Estas cantidades, en algunos casos, ya vienen prefijadas diferentes escalados. Lógicamente a mayor indemnización mayor coste de la póliza. En otros casos se pueden pactar con la entidad aseguradora, aunque no es lo común.
Una manera correcta de tratar de ajustar al máximo nuestra necesidad de protección, es calcular lo que ocurrió durante un período de tiempo determinados ingresos no llegan a tu familia. Incluyendo el supuesto del fallecimiento o invalidez. Este cálculo es importante para poder elegir cuál es la cantidad más adecuada para la indemnización del seguro de vida.
Aunque existen muchas maneras de interpretar la mejor fórmula para este cálculo, siempre es interesante incluir en el la liquidación de costes como la hipoteca y préstamos vigentes cuando se suscribe la póliza. Y a eso, añadir el equivalente al sueldo que se ingresa durante un periodo de tiempo que puede ir de tres años hasta cinco años.
Quienes son los beneficiarios de tu seguro
Un seguro de vida te permite designar de manera libre a los beneficiarios de tu aseguramiento. Por tanto, puedes determinar hacia quien se dirige la indemnización en caso de tener que cobrarla.