A pesar de la especial sensibilización sobre los efectos del consumo de alcohol al volante, a pesar de sucesivas campañas cada vez más explícitas desde los años 80 del pasado siglo, y, a pesar de tratarse de un delito que recoge el propio código penal, lo cierto es que los datos, como de costumbre mandan.
Resulta que según datos del Instituto Nacional de Toxicología y Ciencias Forenses, en el año 2013 el 47% de los conductores (y 51% de los peatones) fallecidos en accidentes en las carreteras de nuestro país habían ingerido alcohol (drogas o psico fármacos)
En la memoria de todos sin ninguna duda se encuentra el proceso penal por el que un afamado ex torero acaba de pasar que le ha conducido en principio una condena de cárcel, sin embargo como vemos todos estos hechos y acciones no parecen tener la repercusión que debieran; tal vez habría de sumarse a todo ello el conocimiento expreso de cómo reaccionan los seguros ante accidentes en los que interviene el alcohol.
Si revisamos la mayoría de las pólizas que se ofrecen en nuestro país vamos a encontrar dos cuestiones comunes; por un lado ninguna se hará cargo de cubrir al asegurado cuando éste participa en un accidente y da positivo en consumo de alcohol u otras sustancias, por otro lado, aunque en principio todas las aseguradoras pueden cubrir los daños a terceros, son muchas las que podrán acabar reclamando la factura de dicha cobertura al asegurado, esta figura viene ya implementada en muchas de las pólizas que se ofrecen actualmente para asegurar vehículos en nuestro país, fundamentalmente si para los que se consideran los dos grupos de edad donde mayor medida se producen estos hechos; los conductores entre 31 y 40 años (que son el grupo con mayor incidencia en este tipo de accidentes con casi un 35% de los fallecidos) y el grupo de entre 18 y 30 años (que acumula el 20% de los fallecidos en este tipo de accidentes).