Independientemente del tipo de negocio de limpieza al que se dedique una empresa, hay que tener en cuenta que el objeto de este trabajo obliga a los profesionales a estar en contacto con la propiedad del cliente. Tanto cuando se trata de limpiezas de interiores como limpiezas profesionales, el seguro para los negocios de limpieza resulta muy importante.
Por ejemplo, pensemos en la limpieza profesional de empresas. En este caso, es necesario tener un cuidado extremo con los equipos, con las instalaciones o, simplemente, con la seguridad de los recintos. Esto lo podemos extender a las limpiezas de hogares, donde existen productos y objetos delicados, tanto por valor económico como sentimental.
Por todo ello, el seguro en los negocios de limpieza resulta importante para cualquier empresa dedicada a este sector, independientemente de su tamaño.
¿Qué es un seguro para negocios de limpieza?
Como su propio nombre indica, se trata de un seguro que sirve para empresas dedicadas a tareas de limpieza. Es un modelo de seguro amplio, que tiene coberturas muy distintas, pero que en general se destina a lo mismo: ofrecer coberturas sobre el desempeño profesional de la compañía o el contratante.
No existe un único modelo de seguro para empresas de limpieza. Va a depender de factores como:
- Tipo de empresa
- Tipo de tareas
- Coberturas elegidas
Por ello, en primer lugar, vamos a tratar de analizar los aspectos básicos que vamos a proteger con este tipo de aseguramiento.
Podríamos definir a un seguro de limpieza como una cobertura de responsabilidad general. Es decir, va a poder cubrir diferentes campos de protección, desde los daños a terceros, hasta las posibles reclamaciones por el desempeño profesional.
Aunque se puede incluir dentro del conjunto de seguros denominados de responsabilidad comercial, realmente, tiene algunas características particulares que lo diferencian de otros seguros similares.
¿Qué cubre un seguro de empresas de limpieza?
Como ya hemos indicado antes, no existe una única cobertura o modelo asegurador. Esto tiene que ver con las diferentes necesidades que se pueden generar en una empresa de limpieza.
Podemos poner algunos ejemplos para entender mejor esto:
Puede ofrecer cobertura por daños a una propiedad: por ejemplo, si mientras se realiza la limpieza, se daña un objeto concreto. Los daños causados a ese objeto, o su reposición, se encuentran dentro del seguro.
Puede ofrecer coberturas por daños a terceros: en el caso de que las tareas de limpieza realizadas afecten a una persona. Por ejemplo, una caída en una zona recién limpiada que genere un daño a un tercero. Este daño y sus gastos médicos podrían estar cubiertos por el seguro.
Es posible cubrir reclamaciones: por ejemplo, si una empresa considera que la limpieza se realizó de manera perjudicial, o le generó un daño determinado, puede presentar una reclamación judicial. El seguro cubrirá a la empresa de limpieza con los gastos legales, y, en algunos casos, puede llegar a pagar las posibles indemnizaciones condenatorias.
Hay muchos más elementos que pueden configurar un seguro para empresa de limpieza. Por citar alguno de ellos de manera rápida:
Cobertura en caso de falta de trabajo: para poder tener ingresos en caso de no poder trabajar por motivos ajenos al usuario, por ejemplo, un accidente laboral.
Seguros de accidentes: que pueden cubrir los gastos médicos de las personas trabajadoras de la empresa en caso de accidente.
Protección de material: coberturas en caso de robo o deterioro de los materiales y maquinaria de la empresa.
Además de todo esto, también es posible añadir otras coberturas, por ejemplo, la de los vehículos que se utilicen para el transporte de los trabajadores son los materiales, o el seguro de compensación de trabajadores.
¿Quién necesita un seguro para el negocio de limpieza?
Aunque pueda parecer que se trata de un seguro exclusivo de grandes empresas, lo cierto es que no es así.
Es un modelo de aseguramiento que realmente debería utilizarse por cualquier empresa o profesional que se dedique a este sector. Lo importante, es determinar claramente las coberturas que se necesitan. Es decir, no es necesario acudir a las pólizas con mayor volumen de cobertura para un trabajador por cuenta propia que se dedica al negocio de la limpieza. Sin embargo, sí debería cubrir algunos aspectos.
Por ejemplo, un trabajador de la limpieza individual, que trabaja por cuenta propia, debería al menos cubrir las coberturas de daños a terceros y posibles reclamaciones. Sin embargo, una empresa con un buen número de trabajadores, probablemente necesite ampliar las coberturas, e incluir hasta las más avanzadas como las que incorporan seguros para vehículos.