Si preguntamos al usuario de a pie sobre la sensación general en la competencia de la salud pública en nuestro país, la respuesta mayoritaria, en lo que se refiere a los profesionales y la capacidad y servicios que éstos ofrecen, va a resultar muy positiva, sin embargo, si la pregunta se encamina al futuro de la salud pública las respuestas no van a ser desde luego de media muy optimistas.
Esta sensación generalizada desconfianza el futuro la salud pública, no desde luego por las competencias o capacidades de quienes la integran, si no por los movimientos políticos y los recortes que han acompañado este período largo ya de crisis, se ve reflejada de diversas maneras, pero también se ve reflejada sin duda en una cuestión tan directamente relacionada como los seguros médicos privados.
La teoría, en una situación de crisis como la que se abate sobre nuestro país desde el año 2007, es que un buen número de los servicios y productos que se venían contratando en el periodo previo a la crisis vayan reduciendo a lo largo del desarrollo de la misma su contratación; no tenemos más que ver cuestiones como la caída de las solicitudes de productos financieros, las grandes caídas dentro del sector servicios, o incluso dentro del aseguramiento el importante retroceso de los seguros de vehículos, directamente relacionado con la caída de las ventas de automóviles en nuestro país.
Sin embargo los seguros médicos privados no sólo no han caído sino que incluso presentan durante estos últimos tres años, cuando más ha comenzado a cuestionarse el futuro de la sanidad pública, un crecimiento leve aún pero incuestionable.
A este crecimiento, en algunos casos como por ejemplo la comunidad autónoma catalana ha supuesto un aumento por encima de las 130.000 nuevas pólizas desde el año 2008, con un incremento notable en el aumento de recaudación media por póliza, no sólo ha contribuido esa sensación de desconfianza hacia el futuro de la salud pública, sino también, y esto hay que remarcarlo, una mejora realmente importante en los modelos de presentación, servicios y precios de las propias aseguradoras; jugando un papel más que relevante las posibilidades que Internet ha abierto y que repasaremos próximamente en un artículo relativo a los comparadores de seguros.