La historia de los seguros de coches

Prácticamente desde el inicio de la historia de los automóviles comienza el interés de los coleccionistas por los vehículos que van acumulando años. Se puede hablar de coleccionismo de coches históricos prácticamente desde principios del siglo XX, sin embargo, los seguros para coches históricos no corren parejos en evolución al seguro de coche, de hecho, hay que remontarse prácticamente a la década de los 70 del pasado siglo para empezar a encontrar seguros específicos para automóviles antiguos de colección. Todo esto hace que nos preguntemos realmente la fecha en la que los coches comenzaron a asegurarse, un periodo histórico un tanto difuso como veremos.

Lo primero que tenemos que tener en cuenta es que no vamos a encontrar una única versión sobre dónde y cuándo aparecen los seguros de automóviles. Podemos encontrar versiones que acercan este hecho a Europa, más concretamente a Inglaterra, aunque las que más visos de realidad presentan son las que sitúan este hecho en Estados Unidos. Tampoco existe dentro de este país un único espacio geográfico donde se asocie la aparición del primer seguro de automóvil, dependiendo de las versiones históricas se asocia a ciudades y estados diferentes.

SEGUROS DE COCHES ANTIGUOS

El motivo fundamental de lo anterior es sencillo de entender, a finales del siglo XIX los vehículos motorizados comienzan a ser una realidad, y concretamente en la última década de este siglo se empieza a tomar conciencia de la necesidad de asegurar determinados aspectos de estos vehículos, algo que pudo ocurrir de manera simultánea incluso en diferentes puntos con escaso lapso de tiempo. No olvidemos que si bien los automóviles en esa fecha son un invento reciente, los seguros y las aseguradoras son un negocio floreciente, extendido y con símbolos de afianzamiento como modelo de negocio que busca nuevas áreas, en este caso los coches.

¿Cómo eran los primeros seguros de coche?

Evidentemente muy distintos a los actuales. En primer lugar debemos tener en cuenta que, por ejemplo en Estados Unidos, a finales del siglo XIX el caballo sigue siendo uno de los principales medios de transporte, estos animales utilizados para el transporte personal o colectivo se cuentan por millones, mientras que los coches en todo caso se cuentan por un puñado de miles.

En este contexto se considera que quien asume el riesgo de pilotar uno de estos novedosos vehículos no tiene por qué asegurar las consecuencias propias, ya que es una decisión propia arriesgar su vida o su salud en un invento novedoso, sin embargo, otra cosa es los daños que los vehículos puedan causar a terceros, teniendo especial incidencia en los que puedan causar a otros medios de transporte incluyendo por supuesto los caballos, las carretas o calesas.

Por tanto las primeras pólizas de seguro de automóvil se pueden considerar como precursoras del seguro a terceros, es decir, asumía los costes a terceros que pudieran derivarse de un accidente de tráfico, siendo muy restrictivas al principio y reflejando sólo determinados ámbitos de cobertura muy centrados como decimos en los medios de transporte a los que se puede dañar, y no tanto en el mobiliario urbano, otros automóviles, e incluso en las personas.

SEGURO DE COCHE ANTIGUO

Debemos tener en cuenta que estos primeros seguros eran especialmente caros para la época, no en vano se trataba de un modelo de previsión sobre un invento aún en desarrollo y en el que muchos no confiaban a futuro.

Posteriormente, y como era de esperar, las aseguradoras comenzaron a incluir nuevas coberturas y aumentar el coste de las pólizas. En ese periodo de transición entre el siglo XIX y el siglo XX se pueden encontrar datos históricos que hacen referencia a los seguros cuando ya se han convertido en una opción extendida con pólizas con un coste anual cercano a los ocho euros para un nivel de cobertura máximo ligeramente superior a los 4000 euros, unas cifras importantes para la fecha sin duda.

Ya a partir de los años 20 del seguro en los vehículos va cobrando cada vez más importancia y evolucionado lo largo del tiempo hasta llegar al modelo de seguro obligatorio de nuestros días, obviamente un modelo muy distinto de aseguramiento de coche pero que tiene sus raíces en aquellos locos cacharros y aquellas caras pólizas de finales del siglo XIX.