Las compañías aseguradoras se enfrentan hoy en día al reto de adaptarse a los recién llegados small tickets o seguros de distribución masiva, pólizas específicas para asegurar todo tipo de objetos de relativamente pequeño valor y ante riesgos muy concretos, como por ejemplo unas gafas, un teléfono móvil o las entradas para un espectáculo.
Este fenómeno supone a día de hoy en España un porcentaje nada significativo del volumen total del negocio de los seguros, apenas 900 millones de euros, y prácticamente la totalidad de esta cifra corresponde a seguros de asistencia en viaje y extensiones de garantía.
No obstante, las previsiones apuntan a que en los próximos tres años esta cifra se incremente en un 25%, hasta los 1.100 millones de euros, por lo que las aseguradoras españolas, que actualmente se encuentran a la cola de Europa en este tipo de seguros, no deberían dejar escapar este tren.
Por lo general, los small tickets están dirigidos a un tipo de clientes con un nivel de ingresos entre medio y alto, que buscan ante todo rapidez y comodidad para contratar sus pólizas. Por ello, es conveniente contar con un distribuidor que garantice el acceso a un número muy elevado de clientes y pueda satisfacer esa necesidad de inmediatez que demandan.
Otra posibilidad para colocarlos es venderlos en paquete junto con otros seguros básicos, de manera que constituyan un complemento de coberturas.
Debido a que se trata de productos por lo general de precio bajo, es necesario trabajar con economías de escala para rentabilizarlos. En este sentido, los expertos apuntan a que se requiere un volumen de negocio de entre 5 y 10 millones de euros en primas para lograr un buen beneficio.
Sin embargo, una ventaja que presentan es que los procedimientos de gestión y tramitación son similares a los de otro tipo de seguros, por lo que no es necesario llevar a cabo grandes cambios para adaptarse a ellos.
Los seguros más extravagantes que existen en el mundo
La clave, en cuanto a small tickets, se encuentra en continuar identificando las necesidades de los clientes para anticiparse a ellas y ofrecer el seguro que mejor se les adapte. En este campo hay mucho que decir todavía, y es que, según vaticinan algunos expertos, en un periodo de siete u ocho años los small tickets podrían suponer la mayor parte del negocio de los seguros.