Es un hecho que la gran mayoría de usuarios nos preocupa el precio de las cosas que compramos y los servicios que contratamos. Esto también vale por supuesto para los seguros, y más concretamente para cuando queremos contratar seguros de salud. Sin embargo, aún teniendo en cuenta la importancia del precio, guiarse exclusivamente por el coste de la póliza puede no resultar siempre una buena idea. No todos los seguros de salud baratos pueden resultar adecuados para todos los usuarios.
Y no se trata de que el seguro en cuestión sea mejor o peor, o ni siquiera de que cumpla o no los requisitos básicos exigibles (hoy en día esto se da por supuesto) si no de que en no pocas ocasiones el usuario se deja llevar por una oferta de precio muy atractiva sin considerar si las coberturas y condiciones de ese seguro de salud privado son las mejores para él.
Y está claro que el precio es relevante, sin embargo, en el caso de los seguros médicos los precios con los años ha sufrido una revisión que nos ha ido ajustando de tal manera que hoy en día realmente se puede afirmar que hay un seguro médico para cada bolsillo, es decir, que quienes pretenden encontrar un seguro barato realmente ajustado a lo que necesitan es muy probable que lo encuentren, si saben cómo buscar…
Y es que aquí está la clave, el saber que es lo que se desea y en saber cómo buscarlo.
Antes de lanzarse la contratación de un seguro el usuario debe tener muy claro qué es lo que pretende. No va a ser lo mismo si desea unas coberturas mínimas personales, que si desea una póliza amplia (o varias pólizas) para su familia, no va a ser lo mismo si desea determinadas coberturas concretas o busca una cobertura general más o menos afinada, no va a ser lo mismo si prefiere un seguro con modalidad de reembolso de acogerse un cuadro médico… no tener claro esto antes de contratar un seguro de salud, por muy barato que sea, en ocasiones puede acarrear una mala elección, o al menos una elección no adecuada.
A partir de tener claro lo anterior el proceso se agiliza y resulta mucho más sencillo, simplemente se trata de trazarse una barrera de precio y realizar una comparativa entre lo que nos ofrecen las diferentes aseguradoras en ese rango de precio. Como vemos no es difícil, eso sí, hay que ser capaz de no sucumbir siempre a la primera a los cantos de sirena de las ofertas de mejores precios.